Localidad
Hay historiadores que piensan que este pueblo pudo ser el que aparece como Belegia Alabense en la Crónica Sebasteniense, crónica del rey Alfonso III, que va desde el reinado de Wamba hasta el final de Ordoño I de Asturias, entre los siglos VII y X.
Entre sus casas, podemos apreciar la Casa-Torre Cantoblanco, perfectamente reformada y que muestra su portada y saeteras en los muros.
Tiene una de las Iglesias más coquetas, bonitas y artísticas de esta ruta. Recientemente restaurada, con la extraña advocación de San Cornelio y San Cipriano, muestra sus elementos románicos más significativos y se le relaciona con el Temple, aunque ese tema es un poco más dudoso, a pesar de que por allí se comenta que existió un convento templario.
Un templo románico que tiene un ábside semicircular, donde luce un precioso ventanal con decoración en los capiteles de las dos columnas. Una bella portada de arco de medio punto, con la arquivolta exterior apoyada en un par de columnas rematadas por capiteles con bella decoración animal, y una torre que da la impresión de estar separada del templo.