Son varios los testimonios de sus orígenes prehistóricos que hay en sus alrededores: la cueva de los Husos y los dólmenes de la Chabola de la Hechicera y El Encinal.

Una bonita plaza, dedicada a Santa María en el centro del pueblo, con una fuente de cuatro caños, es testigo de las famosas danzas a la Virgen de la Plaza que interpretan todos los años en las fiestas del 8 de septiembre, a pesar de que las fiestas patronales las celebren en la Asunción y San Roque.

Son un atractivo turístico la interpretación de las Auroras y la quema del judío.

Y en esa Iglesia de la Asunción se encuentra una maravillosa talla de un Crucificado que tuvieron que desmontarlo desde lo alto del altar mayor y una vez abajo fue tal el asombro de sus habitantes por la belleza de la talla que pidieron al obispo, en 1640, que lo dejasen ahí. Y ahí sigue.

La mejor muestra de arquitectura rural de toda la Rioja la encontramos en el Palacio, casona de 1767 que se encuentra en la plaza de Oriente.