Localidad
Primitivamente se llamó San Cristóbal de Labraza. Se trata de una villa medieval amurallada, con varias torres cúbicas a lo largo de la muralla. Se puede decir que había unas 15 torres, además del castillo, del que no quedan restos.
El rey navarro Sancho VII el Fuerte le dio el fuero, permaneciendo en Navarra hasta que en 1501 se integró en las Hermandades de Álava y en 1569, el rey Felipe II le concedió el privilegio de pertenecer siempre a la corona de Castilla.
La iglesia de San Miguel, originariamente gótica, ha sido restaurada numerosas veces. El retablo mayor se hundió y fue restaurado en 1865. En el Museo de Arte Sacro podemos ver varias de las imágenes que pertenecían al retablo anterior.
Paseando por sus calles, nos encontraremos una estela de 1552 dedicada a un clérigo, entre las varias casonas que pasaremos. Es famosa la Fuente del Moro, del siglo XVI, que conserva la leyenda que nos habla de la existencia de un pasadizo hasta el centro del pueblo, para poder suministrarles agua en caso de asedio.