Es la única localidad alavesa que, hasta que se creó la Diócesis de Vitoria en 1862, pertenecía a la diócesis de Pamplona.

Llegó a tener un castillo, que formaba parte de las fortalezas de Laguardia, de la que dependía hasta que, en el año 1643, el rey Felipe IV le concedió el título de Villa, fecha que coincide con la de la construcción del retablo mayor y los laterales de la iglesia de Santa María.

Son famosas las Auroras, cantos religiosos para cada día del año. Sus Fiestas en honor a San Vicente y San Anastasio, son el 22 de enero.

El personaje de El Catxi existe desde el siglo XVII. Son famosos sus revolcones bajo la bandera, después de las danzas a los patronos, en la ritual ceremonia del tremolar la bandera.

Es famoso también el torico, en recuerdo a que hace más de 400 años, en las fiestas, se escapó un toro y milagrosamente no resultó nadie herido al caer desplomado en la plaza cuando se encomendaron los allí presentes a los santos patronos.

Encontramos variados edificios blasonados, sin dejar de admirar la torre de la iglesia de Santa María, apodada con razón como La Giraldilla y terminando en los Palacios del Conde de Bureta y en el del Marqués del Puerto.