Localidad
Pueblo muy importante en la zona, gracias al linaje de los Ozaeta. Contaba con tres ermitas y un hospital. El capitán Pedro Pérez de Iduya funda, en el siglo XVII, una capellanía en la parroquia y el Palacio blasonado de los Iduya, quedando hoy su doble escudo.
También destaca el Palacio de Isasmendi, de finales del siglo XVI. En una de sus habitaciones pernoctó, según cuenta la tradición, San Ignacio de Loyola, cuando le llevaban a casa de sus parientes riojanos, para recuperarse de las heridas en Pamplona.
Y de aquí salieron los canteros que labraron las losas que se encuentran hoy en día en la Plaza de la Provincia, frente al edificio de la Diputación Foral.
En la iglesia de San Juan, destaca su retablo mayor donde aparecen los evangelistas en el banco, junto a escenas de la Pasión. Hasta cuatro retablos laterales indican la riqueza artística del templo, dedicados a la Virgen del Rosario, a San José, al Santo Cristo y a las Ánimas.
La ermita de la Purísima Concepción, situada en el centro del pueblo está convertida en almacén agrario, conservando un par de arcos en la fachada.