Para acceder al pueblo, hay que atravesar el río Zadorra por un puente considerado romano. Entre las casas del pueblo, destaca la denominada Casa del reloj, situada a la entrada del pueblo, de planta rectangular y que tiene aspecto de iglesia.

Al llegar al pueblo llama la atención la iglesia de San Cristóbal en lo alto, con su espadaña separada del templo. En ella destaca la portada del siglo XVI, el coro y el retablo renacentista, donde destacan la Asunción en el primer cuerpo y el titular de la iglesia en el segundo.

Se encuentra muy cerca de la antigua ciudad romana de Iruña Veleia. En el museo madrileño de Lázaro Galdiano se encuentra uno de los hallazgos más importantes realizados en el yacimiento. Se trata de una escultura del torso de un soldado romano.

En un alto cercano al pueblo está la ermita de San Pelayo, de tipo rural, reconstruida a principios del siglo XIX. En esa ermita se representa todos los años la escena del Belén viviente, desde hace más de veinte años y que termina en una chocolatada con los asistentes.