Es una de las llamadas aldeas viejas que Alfonso X unió a Vitoria en el año 1258. A pesar de ello, siguió siendo un pueblo muy importante en la historia de Álava, porque allí se reunía la Cofradía de Arriaga o de Álava, originaria de nuestra provincia.

La iglesia de San Vicente tenía un pórtico neoclásico, hoy cegado. Tanto las bóvedas de los dos tramos de la nave como las del crucero y el presbiterio están adornadas con bellas claves en las que se puede ver al titular del templo.

La Torre está considerada de las más bellas de la Llanada y es obra del vitoriano Justo Antonio de Olaguíbel.