Localidad
Una de las mayores curiosidades de este pueblo se encuentra en la Iglesia de San Martín. Cuando fueron a restaurar un lienzo del Retablo, representando a San Martín partiendo la capa, se dieron cuenta que detrás de ese retablo había unas pinturas. Desmontaron el retablo y apareció lo que se llama un retablo fingido. Toda una obra de arte, realizada por el ayalés Juan de Armona, en 1555. Este retablo pintado en la pared es de las mismas dimensiones que el primero. De tal manera, que restauraron ambas piezas y hoy en día se pueden admirar los dos retablos.
El retablo mayor, erigido entre los años 1677 y 1680, está considerado como uno de los mejores ejemplares del arte barroco alavés.