Esta localidad está asociada al apellido Perea, origen del linaje más importante, que tuvieron su Torre en el barrio conocido con su apellido y que llegaron a ser patronos de la primera parroquia que situaron junto a su Torre, dedicada a Santo Tomás, ya en el año 1095.

En el siglo XVIII, desaparecida la Torre de los Perea, se edificó una nueva iglesia, también dedicada a Santo Tomás, en el lugar donde estaba una ermita dedicada a San Miguel, conocido como la iglesia vieja.

El templo actual data del año 1919 y es entonces cuando cambia de titular, pasando a ser de San Miguel. Entre las tallas, destaca una curiosa imagen de la Virgen del Pilar de alabastro.