Es una de las localidades más antiguas de la provincia. Ya aparece en el año 871, con el nombre de Stavellu.

La importancia que adquirió en la época medieval se ve en el imponente templo de San Martín de Tours. Su portada está considerada como una de las mejores obras alavesas del gótico isabelino de 1500. Su retablo, de clara influencia de Miguel Ángel, está considerada la primera obra romanista del País Vasco.