Empezaremos hablando de este pueblo desde el cementerio. Adosada al camposanto se encuentra la ermita de San Pedro, edificada sobre un templo anterior, el Monasterio de San Esteban, abandonado en la Edad Media y que alberga una imagen románica de la Virgen y dos pinturas flamencas.

En los alrededores, podemos ver hasta una decena de sepulturas, pertenecientes a una necrópolis, que nos da idea de lo antiguo del lugar.

Entre las casas del pueblo, nos topamos con un curioso edificio, denominado La Torre del Reloj y con el templo de San Esteban, con aspecto exterior de convento.

Es digna de mencionar la fiesta de Carnaval, donde su personaje Porretero no acaba en la hoguera como en la mayoría de festejos carnavalescos sino que aquí lo tiran a un tejado para que sea presa de las alimañas, siendo uno de los carnavales más antiguos de los que se representan en la provincia.