Uno de los objetivos del bando oñacino era la conquista de Foronda y allí se desencadenó la famosa batalla del Zadorra en el siglo XIV. También tuvo este pueblo su protagonismo en las Guerras Carlistas, utilizándose como cárcel de la Legión Británica.

Paseando entre las casas del pueblo, podemos ver varios ejemplos de piedras armeras en sus fachadas, testimonio de las familias fundadoras: Lauzurica y Lazarraga, alianzas de los Foronda, Asteguieta, Lazarraga o Mendíbil-Jáuregui.

También podremos admirar el Palacio del Marqués de Foronda, comprado por Gonzalo Antón y el rollo o picota de justicia, así como un precioso crucero de piedra. Su iglesia está dedicada a San Martín de Tours.