Como pueblo situado en la calzada romana de Astorga a Burdeos, también contaba con la existencia de un hospital, donde paraban los peregrinos.

En 1590, Domingo Ruiz de Luzuriaga fundaba una capellanía para dotar a su pueblo de ciertos beneficios y una curiosa cláusula que obligaba al cura de la parroquia a enseñar en euskera la doctrina cristiana.

La iglesia de la Asunción tiene una preciosa portada con cuatro arquivoltas, del siglo XIII, con figuras de flores (incluso, una especie de eguzkilore), medallones, un ángel músico, rostros, animales…

Pero su tesoro está en la Sacristía: Una predela procedente de un antiguo retablo del siglo XVI, con pinturas de Pierres Picart. El retablo mayor es sencillo pero interesante. Se pueden ver dos tallas de San Pedro y San Pablo a los lados del sagrario y en el piso superior, una bonita imagen de la Asunción junto a dos lienzos.