Localidad
Los documentos hablan de su existencia desde el año 1114, pero el monte Perigaña, cercano a la población, nos indica una antigüedad mayor, al haber encontrado allí restos de un poblado de la Edad de Hierro.
Hay numerosas casas blasonadas y muchos son los hijos ilustres que ha dado este pueblo, varios de los cuales tuvieron su protagonismo en Méjico. Es el caso de los Fernández de Jáuregui, los Urrutia o los Llaguno, que formaron parte del patronazgo de las iglesias y ermitas de la zona.
La iglesia de San Pedro se reconstruyó, tras el pleito interpuesto por el conde de Ayala, con la colaboración de las familias más ilustres del pueblo. Hay que destacar dos piezas muy interesantes de orfebrería: un cáliz del siglo XVI y una cruz procesional.
Si paseamos por el pueblo, podremos admirar la ermita del Cristo de Mendieta, donde la mesa del altar procede de la vecina ermita de San Nicolás de Iza.